Distintos factores vienen influyendo en el comportamiento de quienes forman parte de la administración pública valenciana encargada de tutelar el urbanismo y la ordenación del territorio. La judicialización de muchos expedientes, la complejidad de los mismos, la corrupción política y la exposición de algunos funcionarios a la crítica de los medios de comunicación han hecho mella en muchos de ellos, conduciéndolos a una posición en la que el objetivo máximo no es otro que sobrevivir.